QUIÉNES SOMOShoja-peq

Hay pocos lugares en los que uno pueda pensar que está como en casa, pocos sitios en los que definitivamente sientas que has encontrado tu lugar en el mundo. Somos de Madrid, pero no tuvimos que coger ningún avión, ni pasar por viajes complicados para encontrar ese espacio. A veces las cosas más importantes se hallan en los lugares más cercanos y en las cosas más sencillas. Y todo esto para subrayar que estamos enamorados del Valle del Tiétar, probablemente el secreto mejor guardado de los alrededores de Madrid. Así que shhhhh, que el misterio de este valle siga siendo conocido por unos pocos.

 

Como veis en las fotos, somos dos y nuestros nombres se completan sólo con tres letras: Fer, el chico periodista; y Leo, el pequeño, que suele ser el encargado de hacer la visita guiada cuando los huéspedes llegan a La Buenaventura. Aunque suene a obviedad nos gusta la vida, y nos gusta emocionarnos con las cosas que hacemos. Además, somos muy aficionados a los deportes de aventura, escalada y alpinismo sobre todo, y somos del Madrid, pero ya sabéis, nadie es perfecto.

 

En el año 2011 decidimos inaugurar El Rincón del Tiétar (www.elrincondeltietar.es), la que es geográficamente la primera casa rural del valle si se llega desde Madrid. Han pasado 4 años y después de mucho trabajo hemos conseguido asentar el proyecto y hacer que lo que al principio fue un sueño se haya convertido en una realidad que cada año visitan muchos grupos. Así que hace unos meses se nos encendió esa bombilla que suele dar comienzo a meses de trabajo e imaginamos otra casa rural que tuviese otro concepto.

 

Las únicas condiciones que le pusimos a esa casa cuando fabulábamos con ella es que tenía que estar en el valle y que tenía que estar aislada. Y abracadabra, dimos con ella, o igual ella dio con nosotros. Encontramos un lugar solitario pero rodeado de fuentes y de lagos, de setas y de ríos, de caminos y de puentes.  Y allí estamos imaginando un sitio donde reine la paz y la comodidad.

LEO-Y-FER
Leo
Os esperamos para intentar que paséis unos días perdidos en la naturaleza y que volváis a vuestros hogares con la certidumbre que La Buenaventura y todo el valle del Tiétar es ya un poco vuestra casa, vuestro lugar en el mundo.